viernes, 22 de diciembre de 2017

La felicidad...

...está en las pequeñas cosas. Y no es sólo una frase hecha. Ha llegado el invierno, el frío, los días largos y oscuros...y si uno no se esfuerza, es muy fácil el deprimirse o el hivernar.

También, el haberme mudado fuera de la ciudad no ayuda. Aunque tiene ventajas. Kiva está mucho más tranquila en el pueblo, y puedo llevarla suelta por la calle sin peligro para ella.

A lo que iba, las pequeñas cosas. La semana pasada, el jueves por la mañana, tenía que hacer cosas y me tomé el día libre en el trabajo. Un día libre no planeado con antelación es un montón de horas que puedes saborear. El caso es que despues de terminar los asuntos que tenía pendientes me fuí a almorzar con Vlinder, a quien últimamente no veo tanto. Simplemente el ver a una amiga que hace unos meses que no veo, y el disfrutar de un bocadillo de salmón, en un bar que me gusta, me hizo sentir bien. Luego fuimos al Instituto Cervantes a alcahuetear su nueva biblioteca, y de nuevo, el encontrarme de improvisto con dos conocidas más, charlar y comentar aventuras pasadas, me hizo sentir bien. Sonreir.

Después de el cotilleo, me fuí a hacer unas compras, cosillas que necesito para mi nueva casa. Y el pasear por las calles de Utrecht de nuevo me hizo sentir feliz. Es increible lo bonita que es esta ciudad. Obviamente, en un día con sol, todo el mundo es capaz de apreciar la belleza de Utrecht, pero en un día húmedo, con lluvia fina intermitente, también tiene su encanto. Te fijas en los detalles de los edificios, hasta en el empedrado de las calles, los cafés, las tiendas, las luces de navidad. Todas esas cosas que pueden pasar desapercibidas si te concentras en la nube negra que ronda tu cabeza.

Otros momentos de felicidad estas semanas han sido el simple hecho de coger el coche e ir a mi antigo barrio a hacer la compra. Visitar esas tiendas a las que solía ir varias veces por semana. Y tomarme un café en uno de los bares del barrio. El darme cuenta de que Lombok tampoco está tan lejos, y que cuando el tulipán dijo que "podemos seguir haciendo la compra aquí" lo decía de verdad, porque mi cara se ilumina cuando camino en mi antiguo barrio, y a él le gusta verme feliz.

Y a tí, qué te hace feliz?

martes, 12 de diciembre de 2017

Canguros perrunos

En los últimos meses, el tulipán y yo hemos hecho unas cuantas veces de canguros perrunos. lo que viene a ser tener al perro de alguien en casa por el fin de semana. En concreto, hemos cuidado de 3 perros distintos, de uno en uno claro, además de Kiva. Vamos, teniendo a Kiva + perro invitado. Y tengo que decir que eso de cuidar al perro de alguien te abre los ojos un montón.

Nos hemos dado cuenta de somos muy exigentes. Y creo que, como una amiga me dijo hace unos días, es culpa mía, el tulipán ha adoptado mi nivel de exigencia perruna y lo ha hecho suyo. Y de la misma manera que nosotros tenemos un nivel, el resto de dueños de perro tiene el suyo. Hay cosas que para nosotros son imprescindibles, y hemos educado a Kiva en esas cosas, pero para otros dueños, esas cosas imprescindibles para nosotros, pueden no serlo para ellos.

Por ejemplo, para mí es imprescindible que Kiva ande por la calle como una señorita. Eso de ver a perros arrastrando a sus dueños me saca de quicio. Entiendo que este tema en algunos perros es difícil (tengo un par de amigas trabajando duro para que su perro no estire y no hay manera), pero es que el 90% de perros que veo por la calle van paseando a sus dueños!! Y dudo mucho que todos ellos sean casos imposibles, más bien a los dueños no les molesta ir arrastras, o no le ponen remedio.

Otro ejemplo del que nos hemos dado cuenta este fin de semana, es del lujo que tenemos pudiendo llevar a Kiva suelta y saber que nada más la llamas, vuelve a tí, sin peros, sin esperas, sin excepciones. Este es un lujo que muy pocos dueños tienen, y que ha llevado mucho training.

En casa tenemos una serie de normas y rutinas que parece que a veces me olvido de que no vienen de fábrica, sino que son fruto del trabajo. Como puede ser que Kiva se sienta y espera pacientemente a que le de la orden de entrar o salir de casa, o cuando le pongo el plato de la comida (y se come todo sin rechistar), sabe que dentro de casa una se comporta como una perra educada, nada de robar cosas, saltar por encima del mueble o ponerse a correr. En casa una se está tranquilita o en la camita o en la jaula, para hacer el bruto está el jardín o la calle. Podemos irnos de casa, dejarla en su jaula, y no se la oye. Apenas ladra en casa durante el día, y por la noche ni se le pasa por la cabezota hacerlo.

Sí, llevo dos años quejándome de los ladridos de Kiva al cruzarnos con otros perros, y no siempre me doy cuenta de que tengo en casa una bendita. Tiene sus problemas, sí, pero es una perra excepcional (gracias a las horas invertidas, claro)

A cambio, otra gente tiene perros que pueden llevar sin problemas allá donde van. A bares, restaurantes, a casa de gente, a un picnic....yo aún no, esas cosas son demasiado para mi orejas, pero no por educación o porque no sea buena, sino porque se estresa mucho la pobre....y me estresa a mí, y ya tenemos el lío montado!

Toda esta experiencia cuidando perros nos ha servido no sólo para apreciar a Kiva, sino para juzgar correctamente a nuestro último invitado, del cual, hablaré en otro momento. Pero vaya, sin esa experiencia previa, no hubiesemos sido justos con él.

Pues eso, apreciemos lo que tenemos en vez de quejarnos de lo que no tenemos.

Y sí, si tu perro te arrastra por la calle, y no te conozco de nada, te voy a mirar mal.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Seguros médicos y enfermedades crónicas

Ha llegado Diciembre, y es el mes en el que ya todas las pólizas de todos los seguros médicos están publicadas, y es la época en la que todos los tulipanes cogen lápiz y papel y se ponen a revisar todas las compañías a ver si cambiandosé pueden ahorrarse unos eurillos. Y no penséis que es fácil eso de comparar! Y si lo pensáis, leeros este post que publiqué hace dos años.

Cuando quieres cambiarte de seguro, tienes que saber que ningún seguro te puede denegar la cobertura básica por razones médicas o de cualquier tipo...pero sí pueden negarte pólizas con mayor cobertura. De echo, si te vas a hacer un seguro más completo, pueden pedirte un chequeo médico, y si no estás sanote, decirte que va a ser que no.

Y qué pasa con la gente que tiene alguna enfermedad crónica, aunque no sea grave? Pues que lo llevan clarinete. Imagina que tienes una enfermedad muscular y quieres hacerte un seguro más completo para tener acceso a más sesiones de fisioterapia. Pues te pueden decir qye no....

Cual es la razón detrás de esta injusticia? Según publicaba Metro esta semana, cuando te haces un seguro médico, te estás haciendo un seguro que cubra gastos médicos derivados de causas no previstas. En el caso de que, por ejemplo, tengas una enfermedad crónica, los gastos ya no son imprevistos, sino que son previstos...por tanto no te aseguran.

Otro ejemplo es el seguro médico durante el embarazo. Si te haces un seguro que cubra costes de embarazo y parto sin estar embarazada, sí te aseguran, pero si ya estás embarazada, pueden rechazarte.

Estos dos casos los comparan con un seguro de coche. Te aseguras por si tienes un accidente, pero no te vale para cubrir cosas que ya no funcionan o están rotas. La comparación, desde el punto de vista del consumidor, me parece una aberración, porque tan como dicen en el artículo, si tu coche es viejo te puedes comprar otro, pero cuerpos, hasta ahora (al menos en el mercado legal) no puedes comprar.

Ala, con dos cojones, aseguramos a los sanos (que nos pagan una pasta) y los que nos causan gastos mejor que se mueran. Supongo que al final, lo que pasa es que a partir de cierta edad o a partir de ciertos achaques, no compensa intentar cambiar de seguro si necesitas una póliza completa...porque puedes acabar con una póliza básica....

Feliz Fin de Semana!